De cualquier modo, el problema de la mayoría de nosotros no es el de Shereshevski. Por el contrario lo que nos sucede frecuentemente es que no podemos recordar fechas, nombres o sucesos que quisiéramos recordar o que se nos dificulta memorizar datos para un examen. Los antiguos desarrollaron diversos sistemas para memorizar textos literarios. Con estos sistemas y la práctica continua llegaron a realizar lo que hoy consideramos verdaderas proezas memorísticas. Algunos sistemas son sumamente sofisticados y requieren de una considerable práctica antes de poderse usar efectivamente. Un sistema sencillo que nos permitirá recordar una secuencia de objetos es el llamado sistema de eslabones. En este sistema la persona que desea memorizar una lista de objetos se representa en su mente una imagen de cada uno de estos objeto y se lo imagina interaccionando con el objeto que le sigue en la lista. supongamos que deseamos memorizar una lista de compra del supermercado en la que los primeros objetos son jugo, pan, cebolla y el periódico. Para aplicar el sistema de eslabones podemos imaginar que abrimos un envase de jugo y lo que encontramos dentro es un pedazo de pan, a continuación nos imaginamos que comemos pan con cebolla (o un pan en forma de cebolla) y que abrimos el periódico y este huele a cebolla. Posteriormente cuando queremos recordar la lista lo único que tenemos que hacer es traer a nuestra mente el primer objeto de la lista e inmediatamente comenzaremos a visualizar las asociaciones que habíamos hecho. De este modo nos podremos fácilmente memorizar una lista de 20 o más objetos en orden. No es necesario que las asociaciones sean lógicas ni razonables. De hecho, mientras más extrañas y fuera de lo común mejor. Por ejemplo, si queremos asociar automovil con hombre no es muy útil imaginar un hombre conduciendo un automóvil. Eso es algo que vemos todos los días y que, por tanto, no tenemos ninguna razón especial para recordar. Sin embargo ver a un hombre cargando un automóvil sobre sus hombros es algo fuera de lo común. Si usted viera en la calle algo así seguramente lo recordaría por mucho tiempo.
Otros sistemas más sofisticados han sido desarrollados con el propósito de recordar objetos, no meramente en secuencia, sino para, por ejemplo, recordar cual es el objeto número 37 o el 49 de una lista y para memorizar números y rostros. Estos son los sistemas usados por muchas personas que se dedican profesionalmente a hacer trucos de memorización.
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